Estamos ya inmersos en el proceso electoral federal mexicano del año 2006, en el arranque de las campañas y a cinco meses de la jornada electoral. Muchas son las novedades del proceso electoral en marcha. Menciono algunas: se registraron nuevos partidos políticos en el marco del nuevo esquema legal, se aplicó por primera vez la reglamentación en relación con la fiscalización de los recursos de los procesos internos de selección de candidatos presidenciales con importantes novedades en materia sobre todo de monitoreo de gastos en medios masivos de comunicación, el Instituto Federal Electoral firmó convenios de colaboración con la industria de la radio y la televisión para que ésta comparta con aquél información sobre los gastos de campaña de los partidos y coaliciones, se decidió por otro lado que los Talleres Gráficos de la Nación produzcan toda la documentación electoral lo cual evitará controversias respecto de licitaciones y concursos, se decretó una “tregua navideña” de actos proselitistas entre el 11 de diciembre de 2005 y el 18 de enero de 2006, se redefinieron las fronteras de los distritos uninominales y de las circunscripciones plurinominales en el sistema electoral para elegir diputados federales, se perfeccionó a través de diversas reformas el Reglamento de fiscalización de los partidos políticos, etc., etc. En fin. Cuando escribo etcétera quiero decir efectivamente etcétera, pues son muchos los cambios adicionales, de este o aquel calado y relevancia, con los que iniciamos el proceso y nos acercamos a la jornada electoral de este año. Me parece que, en general, los cambios se dirigen en la dirección correcta y confirman la adecuada conducción institucional del proceso por parte del Instituto Federal Electoral y de sus consejeros electorales quienes, con imaginación y espíritu constructivo, han perfeccionado los instrumentos de navegación del proceso electoral federal mexicano a partir de noviembre de 2003, cuando tomaron posesión de sus nuevos encargos.Este breve ensayo concentra su atención en dos modificaciones que me parecen de la más alta relevancia en el marco del proceso electoral en marcha. Una es legislativa, la otra es reglamentaria. Respecto de la legislativa, me refiero a la reforma del artículo 117 de la Ley de Institucionesde Crédito, publicada en el Diario Oficial de la Federación el 30 de diciembre de 2005. En relación con la reglamentaria, me refiero al “Acuerdo del Consejo General del Instituto Federal Electoral por el cual se emiten las reglas de neutralidad para que sean atendidas por el presidente de la República, los gobernadores de los estados, el jefe de gobierno del Distrito Federal, los presidentes municipales, los jefes delegacionales del Distrito Federal y, en su caso, el resto de los servidores públicos durante el proceso electoral federal 2006” (en adelante “Acuerdo de Neutralidad”) aprobado por el Consejo General del IFE el pasado 19 de febrero de 2006. Ambas decisiones, una del Poder Legislativo, otra del Instituto Federal Electoral, modifican aspectos esenciales de la vida democrática de México y me parece necesario que sean analizadas con la debida profundidad y seriedad.

Faculty of Law of National Autonomous University of Mexico