El surgimiento de actos violentos tras el fin de regímenes dictatoriales se lo puede relacionar a transiciones democráticas poco consolidadas. El éxito en esta tarea resulta dificil y más aún frente a experiencias traumáticas derivadas de violencia política generalizada, en concreto: torturas, asesinatos, desapariciones forzadas, ocultación de cadáveres y otros hechos inhumanos - lo que repercute por generaciones. La dificultad es aún mayor cuando gran parte de la sociedad reacciona con desconfianza y desesperanza o, para colmo, con indiferencia. Debido a su inacción, individuos desinteresados se convierten en cómplices. Ninguna estructura democrática de reconciliación se mantendrá acertadamente sin la cooperación y participación de toda la nación. El proceso podría hacerse más dinámico y consolidado si se desarrollara con una visión compartida de futuro - y de responsabilidades. Para la ejecución de este trabajo se utilizó el método de enfoque dialéctico, el procedimiento monográfico y la técnica de investigación bibliográfica en fuentes secundarias.

Facultad de Derecho, Universidad de Buenos Aires