This article offers a critical view of university legal education, highlighting the identity and purpose crisis it faces. In this context, the author identifies three main issues: the fundamental objectives, the quality of students, and the pedagogical process. In this regard, he argues that legal education should not be limited to training lawyers since law is a multifaceted discipline and, as lawyers handle conflicts in a confrontational context, they must have skills that go beyond the application of rules, such as the perception of facts, the recognition of values and interests and the analysis of problems. The text also criticizes law school admissions methods, which focus on specific skills rather than maturity and life experience. In addition it questions teaching methods centered on legal liturgy, proposing problem analysis as a more effective pedagogical alternative. Thus, it is suggested that legal education should include instruction in practical skills and exposure to the ambiguity and flexibility of law, preparing students for social changes and evolving legal rules. Consequently, the author proposes a reform to develop professionals with a deep understanding of human conflicts, the ability to analyze and communicate effectively, and an appreciation of the complexity and ambiguity of law, which are essential for professional practice and service to society.El presente artículo ofrece una visión crítica de la educación legal universitaria, destacando la crisis de identidad y propósito que enfrenta. En ese marco, el autor identifica tres principales problemáticas: los objetivos fundamentales, la calidad del estudiantado y el proceso pedagógico. Al respecto, argumenta que la enseñanza del derecho no debe limitarse a formar abogados, ya que el derecho es una disciplina multifacética y, en tanto los abogados manejan conflictos en un contexto de enfrentamiento, deben tener habilidades que van más allá de la aplicación de reglas, como la percepción de hechos, el reconocimiento de valores e intereses y el análisis de problemas. Asimismo, el autor critica los métodos de admisión en las facultades de derecho, que se centran en aptitudes específicas en lugar de la madurez y experiencia de vida. Además, cuestiona los métodos de enseñanza enfocados en la liturgia legal, proponiendo el análisis de problemas como una alternativa pedagógica más efectiva. Así, sugiere que la educación legal debe incluir instrucción en habilidades prácticas y exposición a la ambigüedad y flexibilidad del derecho, preparando al estudiante para cambios sociales y reglas legales cambiantes. A partir de ello, el autor propone una reforma que desarrolle profesionales con una comprensión profunda de los conflictos humanos, capacidad de análisis y comunicación efectiva, así como una apreciación de la complejidad y la ambigüedad del derecho, esenciales para la práctica profesional y el servicio a la sociedad.

Pontificia Universidad Católica del Perú